«En mi semen hay ángeles que son galaxias»: Manuel Sauceverde, canto al amor
Eriko Stark
La poesía erótica no es la que logra exponer los genitales ni tampoco convertir el sexo en una serie de metáforas que terminan en el juego de lo absurdo, la poesía erótica tiene el poder de evocar los recuerdos del lector como si los versos fueran un espejo fabricado en nuestra mente, quien ha experimentado el amor, el enamoramiento, el sexo, el desagrado de entregar su cuerpo a una persona ajena o simplemente el dolor de no volver a repetir esos sentimientos placenteros seguro podrá decir qué es un poema erótico. El poder identificarlo es un conocimiento fuertemente ligado a la experiencia de relacionarnos amorosamente, aunque las personas no lean poesía erótica pueden identificarla, eso es seguro.
Manuel Sauceverde escribe poemas eróticos, líneas que rompen la configuración de nuestra mirada y nos internan en un viaje profundo a las partículas del amor. Su libro: “Entre una estrella y dos golondrinas” es un poemario fuerte, poderoso que tiene la capacidad de hacernos recordar todas memorias románticas a través de una escritura novedosa que se vale de dos diferentes técnicas de la poesía oriental, “el haiku” y “el senryū” combinados con la prosa que provoca el efecto en caída, el sentir que te hundes en una serie de historias que van desde los diferentes colores hasta la oscuridad total, una oscuridad de amor.
El poemario está dividido en tres capítulos, el primero de ellos “Negro caballo de espuma” en donde el ingenio y la sexualidad fluye en las metáforas de la naturaleza, el espacio y las virtudes, logra dar en el blanco cuando tratamos de asumir la experiencia, podemos ejemplificar las formas con sus versos:
“Otra serpiente
muerde mi entrepierna—
Adán, la carne”.
“Todos los nombres
son tu nombre. Los nombro
para nombrarte”.
“Cosmos en blanco—
En mi semen hay ángeles
que son galaxias”.
El segundo capítulo: “Ménage à trois” debería llamarse “Canto a las personas que amo”, este es el capítulo más profundo de todo el poemario, es la sinfonía del erotismo, aquí, la sexualidad desaparece, se rompe, solo es una persona que ama a otras y canta sus nombres hasta la locura. Esa sensación es hermosa, te atrapa, te deja hundir en la armonía, es el aporte del poeta a la poesía y las lágrimas que fluyen de emoción al recordar cuando hacemos el amor.
El último capítulo “Entre una estrella y dos golondrinas” es la relación erótica entre lo humano y lo divino, todo desarrollado en una charla con los dioses y las formas en que la espiritualidad llega a nuestro ser. Una iluminación devastadora que termina en un canto tímido, triste y un poco herido ya que volvemos a ese camino mortal.
Leer a Manuel Sauceverde ayuda a cerrar un ciclo de lectura e iniciar otro, a veces, las personas se hunden en lecturas complejas que no provocan emociones, convierten su hábito en un régimen desgastante y tedioso, cosa que la lectura no debe ser.
“Entre una estrella y dos golondrinas” es un poemario publicado por la Editorial Lectio. No duden en buscarlo y disfrutar de esta y otras obras maravillosas que forman parte de su catálogo literario.
Eriko Stark estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación. Especialista en narrativa LGBTI mexicana, temas de violencia y narcotráfico en nuestro país. Ha escrito más 100 reseñas literarias en diversos medios y revistas. Ganador del concurso “Otaku de la literatura” en el “Círculo de lectura amanoche” en donde cada quincena se publican reseñas sobre los libros más importantes de la literatura mundial.
Actualmente Eriko se dedica a impartir clases de narrativa LGBTI y trabaja como investigador privado.
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