SUGEY NAVARRO: EL AMOR, LA CÁRCEL Y LA MUERTE

Sugey Navarro (Colima, 1991). Becaria INTERFAZ 2016. Ha sido incluida en las revistas: Huraño, Materia Escrita, Pez Ciego, así como en la Antología virtual de poesía a favor de la paz, compilación de Nadia Contreras. Desde 2017 escribe Divagaciones de una mente sin reposo para El comentario semanal, suplemento cultural de la Universidad de Colima. Su primer libro, Contrastes de lo eterno (2021), forma parte de la selección Cuadernos de literatura y naturaleza de Bitácora de vuelos ediciones. Blog: tukeynam.wordpress.com

 

Día 110. Reclusorio

Son el amor, la cárcel y la muerte

pruebas de que uno está solo

viviendo a su forma los vicios

aprendidos en la infancia.

 

Día 200. Reclusorio  

Una amistad con condición de tiempo.

A ti te hizo caer el hombre que amas

–¿La soledad nos habrá gestado en el mismo vientre?–.

 

¿Esto caduca al cumplir nuestra pena?

 

Día #18. Confinamiento

 En casa busco un espejo. No

existo al otro lado del vidrio.

¿Cuándo desperté con

los años pesando en los hombros y

la sensibilidad de un muerto?

 

Los seguros en la puerta no

impiden tu paso a mi cama.

Esta ha sido tu casa hace muchos

amores, esperanzas, miedos.

Sabrías volver aún a ojos cerrados.

Te cuelas bajo las sábanas

y con un beso en la espalda

desactivas el dolor de esta noche

en que te vi sonreír con mis amigos

como si yo estuviera ausente.

Te dejé brindando con la gente mía.

Al virar, en un beso admito todo.

Incluso hacernos el amor. De nuevo.

Querida soledad, esta es tu casa.

 

Día #24. Confinamiento

 

Ain´t got nothing but life, Nina

Nina, Naina, Ninita, Simone,

no me cantes. Ya no tenemos nada

cuando veo que a la vida la cargan

los días que parecen no haber visto suficiente.

 

No puedo enumerar partes del cuerpo

cuando las bombas, al otro lado del mundo,

han incendiado sus-mis-nuestras

cada una de las extremidades

y me confundo con el que se retuerce

en ácidos de lluvia hecha

a la medida de los caídos.

 

Es que no puedo Nina, sino fundirme en el fuego

de los ataques que inmolan

todo resto de esperanza.

 

Quisiera decirte, Nina, que puedo ser libre

y las palabras se detienen, mudas,

antes de ser asesinadas por respuestas.

Antes de salir a matar de hambre a quien queda

con la mano extendida al cielo,

rogando un pedazo de pan

que estaré comiendo a su salud.

 

Cómo podría ser libre, Nina,

si sé que mi aliento le resta a un ingrato sus días,

ya vendidos a cambio de rancias monedas.

 

Cantar contraria a tus notas,

antes que el dolor se esfume,

y la bonanza que da el tiempo

aletargue mis ya cansados pasos.

 

Quisiera decirte que puedo, que soy, que anhelo,

pero esta noche no, Nina.

Ain´t got nothing but life, Nina.

Ain´t got nothing but nothing, Simone.