Pertenecemos al sendero de la montaña. Lo supe esa mañana en que el cuerpecito minúsculo de Chonita yacía descansando sobre la arena, inerte, con la piel adherida a los huesos. Habían pasado tan sólo noventa y cuatro años desde que la misma tierra la vio florecer y la recibió con los brazos abiertos. Veinte de los cuales, los anduvo procreando hijos; veintiséis florecieron, y su cuerpo fértil y joven parecía inagotable. Porque siempre fue una mujer de cuerpo, como  tierra  y en él surcó, las más grandes historias imaginables.

 Cubrió una y otra vez como arena movediza del desierto, la violencia: golpes, humillaciones, carencias institucionales y pobreza. Ya ni siquiera recordaba cuáles de todos sus hijos fueron hijos de las apuestas, ni mucho menos, cuáles hijos del señor que la compró cuando apenas era una niña de once años.

En su cocina muchas veces cantó El blues de la desolación de Juan Carlos Castrillón.  Fue madre que giraba en el sol de la indolencia, de su piel hizo un elipse de resistencia; jamás se quejó porque sus lamentos fueron silencio y las palabras no cesaron nunca de respirar.

No hubo momentos de cariño ni de compasión, todo en su vida fue trabajo, hacer para los demás, nada para ella misma.

Hoy por fin trasmuta su cuerpo de mujer, y aún su alma se lleva pendientes, ha dejado encargados un sinfín de labores domésticas, porque eso le hicieron creer: que      el café estuviera bien cargado, que las tortillas se inflaran,

que los frijoles se guisaran con epazote y que  el nixtamal no tuviera tanta cal.

Y así se fue, con una vida cansada de sin sentido, con

una herencia de tres generaciones: veintiséis hijos, setenta y ocho nietos, cuarenta bisnietos, dieciocho tataranietos. Más de un centenar de descendencia, un pequeño pueblo poblado.

Jamás recibió un por favor, un gracias o una flor. Y ahora la comunidad entera, riega a su paso, un camino de flores a su última morada. La congregación a sus funerales fue atiborrada de ramos y flores de diversos colores; pero ya a quién le importa, si la nariz no tiene el olfato para refugiarse en ellas.

Ahí yace sobre la tierra, desnuda, con los brazos abiertos porque todo empieza con la claridad de las tinieblas, volver. Es ser mutante.

 

LUNA GARCÍA, Noemí. Texcoco, Estado de México, 1980.

Actualmente radica en su estado natal. Estudió ciencias de la comunicación en la UNAM. Fue directora de Sidereus Nuncius, revista de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Trabajó durante siete años arduamente en la difusión y promoción de la revista ¿Cómo ves?, en donde escribió durante ese tiempo la sección ¿Qué hacer?, ¿A dónde ir? Fue becaria de la Filmoteca de la UNAM (septiembre de 2008 –  enero de 2009), Trabajó durante siete años en la revista feminista Las Genaras, en dónde también fue directora y editora. También creó la revista multidisciplinaria Musas de papel en 2011.

Ha participado en algunos encuentros internacionales como: Los santos días de la poesía, Padilla, Tamaulipas 2010 (México-Estados Unidos), // en el encuentro internacional de COMUARTE, 2014, 2015 y 2016 y aparece en sus respectivas antologías Ixchel: letras y diosas; Voces visionarias y Cihuayaomeh, In Xochitl in Cuicatl,(México-España-Latinoamérica),  Participó en el Encuentro Latinoamericano de Escritores que organiza la escritora Cristina de la Concha en Pachuca, Hidalgo.

Aparece en las antologías de poesía: Soles de abril, Cofradía de Coyotes, 2009 //  Lunas de octubre, Cofradía de Coyotes, 2009, //  Bifurcación: siete mujeres siete, Ehéccatl Editor, 2009, // Serpentinas de agua, Imagujando  en la escuela, Letras independientes 2010, // Alas de lluvia, Cofradía de Coyotes, 2010 y //Sueños al viento, Cofradía de Coyotes, 2010. Como periodista cultural, publicó en el Suplemento Cultural La tinta Suelta del periódico Acontecer, que se edita en Ecatepec Estado de México.

Es co-compiladora de los libros: CGH-UNAM, Enseñanzas de la juventud rebelde del movimiento estudiantil popular 1999-2005, // Amores trascontinentales, Eterno Femenino Ediciones, // Antología de Manifiestos Cannábicos: 1923-2011, // Eterno Femenino Ediciones, 2011, // Historias de doña juanita (Guión radiofónico), 2014, //Tomás en bicicleta (Cuento infantil) E. F. E, 2015, Traducido al Inglés por la maestra Ana Marisol Reséndiz Pizarro. // Sólo los sueños y los deseos son inmortales (Ensayo y cuento), E.F.E 2015. Compiladora: Medio siglo y… Nada es para tanto (Ensayos), 2011. 

OBRA PUBLICADA: Relato: Sueños de libertad, EFE, 2011, // Ensayo: Manifiesta pacheca: Por la dignidad,  la  vida y  la libertad  de  las   mujeres, EFE,  2011, // Entrevista a Juan Pablo García Vallejo: Orgullo cannábico a XXX años de la publicación del Manifiesto Pacheco, EFE, 2015 y // La bailarina (poesía infantil) 2016. En 2011, organizó el homenaje literario al Maestro Juan Pablo García Vallejo por sus 50 años de vida y en 2012 a los escritores Eduardo Villegas Guevara, Elvira Hernández Carballido, Emma Villa Arana, Eduardo Cerecedo y Sergio García Díaz.  En septiembre de 2010 creó y fundó la Editorial Musas de papel Ediciones, que después pasó a ser Eterno Femenino Ediciones.

Actualmente es la directora editorial de Eterno Femenino Ediciones. Bajo ese sello han aparecido 250 títulos. Ha publicado a autores noveles, con trayectoria, nacionales e internacionales. Varios títulos de su sello editorial se encuentran en bibliotecas del Extranjero y aparecen citados en más de 680 publicaciones a nivel internacional.