Javier Prado, artista Montufareño lleno de sueños y retos por cumplir; demostrando con trabajo y resultados todos los conocimientos adquiridos y relacionados al arte, aprendiendo, enseñando y dando a conocer a los jóvenes  estudiantes de  nuestro medio las diferentes manifestaciones culturales y artísticas que ofrece el medio local y nacional.
Estudió en la Universidad Técnica del Norte de la ciudad de Ibarra, sacando la licenciatura en Ciencias de la Educación especialidad ARTES PLÁSTICAS, que hoy comparte en las aulas de algunas instituciones, dando diferentes talleres de máscaras, monigotes, pintura, performance entre otros conocimientos y experiencias de manifiesto a favor de la ciudadanía y del pueblo en general.
Gracias a toda mi familia, mis amigos y maestros que han aportado con valores éticos , sabios consejos y sobre todo  la motivación para alcanzar mis ideales especialmente a mis padres pilar fundamental de perseverancia….
Sin más y más que mil palabras aprendiendo, trabajando y generando Arte en silencio.
La vida entera es arte….Arte que nace

 

JAVIER PRADO: LO DIVERSO DEL COLOR Y EL VOLUMEN

Entrar en el taller de Javier Prado, en San Gabriel, Ecuador, es entrar en un laberinto de colores, fondos, relieves, tristezas étnicas y orgullo en forma de rostros sagrados que en medio del aparente desorden, encuentran su sitio, ya no solo en el taller del artista, sino en la historia de la plástica ecuatoriana e internacional. Javier es un pintor que va más allá de la propia pintura y se sumerge en volúmenes gestuales y rituales cotidianos e históricos cuya mezcla nos deja como resultado una obra plural,  diversa y capaz de silenciar cualquier ruido que no sea el silencio de sus pensamientos y la libertad de unos pinceles que tienen, no solo sed de realidad, sino grito de raza suspendida en el fondo de la riqueza arqueológica ahora elevada a categoría sustancial y única del arte contemporáneo.

Como todo artista, Javier no es indiferente a la maternidad del tiempo y el espacio. El cuerpo femenino toma una posición de creación, de principio y fin de la obra de arte, que es el mismo principio y fin de la vida con sus terrores y sus sueños figurados con arcilla o papel, tinta y pasión.

He asistido a un encuentro con una realidad paralela a la mía. He observado la obra y me he detenido a oler los colores del tiempo y del misterio que surgen del mantenerse en el presente mientras la obra pictórica de Javier Prado nos transporta a otras décadas y dimensiones de lo concreto que sólo él puede revelarnos como producto de su eterna búsqueda de lo bello y lo profundo del ser humano. (Arturo Prado Lima)

El espíritu del duende

Javier Prado

El espíritu de duende representa la imaginación, fantasía e ingenio en la forma de expresar o comunicar una idea, mediante la creatividad y la mente plástica, una serie de obras que mutan el arte conceptual, informal y brutal, sin buscarle lógica, sino abriendo nuevas fronteras de pensamiento, jugando con el subconsciente y para los aventureros de la imaginación, sin limitarnos a un tema, una imagen o forma.

Estas pinturas y obras artísticas tienen la libertad de hacer con el color y la materia una sola obra utilizando diferentes elementos como telas, papel, cartones, cerámicas, caretas, máscaras, naturaleza muerta, texturas mixtas y adaptaciones que se desfiguran y reflejan la estética del horror y el miedo, con contenidos sombríos de la soledad, la ternura, la naturaleza, simbología de la cultura pasto, mitos y leyendas, la muerte como expresión plena de la consternación del Hombre.