El don de la palabra se puede usar de manera negativa o positiva, y puede respectivamente destruir o regenerar.

Isilda Nunes

En estos tiempos difíciles de tensión e inestabilidad Mundial, podemos comprobar que, en efecto, el Arte en todas sus vertientes, ejerce una acción catalizadora en la construcción de un mundo más evolucionado, siendo una fuerza capaz de unir a todos los pueblos en torno a los mismos propósitos. Las diversas modalidades artísticas son herramientas inseparables en la construcción y preservación de la identidad colectiva.

Cualquier tipo de Arte, desde la música, pasando por la pintura, por la fotografía, la danza, la arquitectura, la escultura, el cine y la literatura, se convierte en lenguaje.

Simbólica o no, su finalidad es tatuar y cristalizar la identidad de los Pueblos, a través de los tiempos.

Foto: APL

Aunque soy amante de todas las Artes, con alguna actividad e implicación en algunas de ellas, a lo largo de mi vida, a saber, la escultura, la música, la pintura y la literatura, es a ésta última a la que me referiré especialmente, ya que participo activamente en movimientos relacionados con ésta área.

“En el principio era el Verbo” – esta frase, dedicada a la creación del mundo, se destaca al comienzo del primer capítulo del Evangelio de Juan. El Nuevo Testamento fue escrito en helénico: la lengua franca de la parte oriental del Imperio Romano en las primeras décadas de la era cristiana.

En la versión griega original, estaba la expresión “logos” que luego se tradujo como “verbo”, pero sería, en un principio, la palabra.

La esencia de este escrito se mueve a través del lenguaje y la cultura, y no es solo un concepto teológico.

Lengua y cultura son inseparables, y la identidad lingüística es la expresión del alma de un pueblo, un elemento significativo para la identidad cultural. El uso de la lengua materna mantiene viva la cultura del pueblo.

¿Cómo pueden las palabras de un escritor impactar y rehabilitar la moral de la sociedad, contribuyendo a la construcción de un mundo más evolucionado?

Desde la antigüedad, la literatura ha sido el motor de la sabiduría, la educación, la moral y la ética.

Naturalmente, desde pequeños hemos leído o escuchado cuentos, fábulas, leyendas y narraciones que nos han encantado y que han moldeado nuestra personalidad, nos guste o no.

El escritor tiene el poder de seducir, sembrando la palabra. Quien lo lea debe sentir placer, y así aprender y sustentar su personalidad, filtrando, transformando y haciendo evolucionar su verdad.

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La palabra escrita sin duda deja una huella en nosotros. El mensaje está vivo, invitando a la mente a abrir puertas, viajar y alcanzar nuevas alturas. Suelo decir que la opinión personal puede ser tanto prisión como liberación. El amor al conocimiento es el camino correcto para encontrar la llave de esta prisión, abriendo la mente a otros conceptos, a otras perspectivas de la vida.

Las palabras resuenan en el inconsciente colectivo, siendo absorbidas por ósmosis a través del nivel de inspiración de cada escritor, quien luego las trabaja como un artesano, añadiéndoles su marca y encanto, que obviamente atrapa al lector.

El don de la palabra se puede usar de manera negativa o positiva, y puede respectivamente destruir o regenerar.

El escritor se pierde constantemente. Las crisis existenciales y de identidad hacen de él un ser inquisitivo. En ésta incesante búsqueda de sí mismo, se sumerge en sí mismo, contra su alma, en el eterno viaje alquímico del autoconocimiento. Viaja al Cielo y al Infierno.

Cuando cruzas el portal de la iniciación, tus palabras son fecundas y catalizadoras en la transformación de la Humanidad. Palabras de advertencia, crítica constructiva, amor, unión, abrazo. Captura ideas futuristas en la Gran Biblioteca Cósmica, a menudo actuando como profeta de un Nuevo Mundo.

Hoy hago eco de las palabras de Fernando Pessoa en Mensaje: – “Es el momento”

Vivimos momentos de grandes cambios. Estamos cruzando el portal a la otra orilla.

Ya no podemos mirarnos sólo a nuestro ombligo, sino más allá de las fronteras. NO ESTAMOS SOLOS.

Literalmente suscribo al filósofo canadiense Herbert Marshall McLuhan cuando dice que el mundo es una aldea global.

Las nuevas tecnologías han creado oportunidades para todos, en la interconexión con otros pueblos y otras culturas.

Foto: APL

En estos dos últimos años de pandemia, hemos visto la proliferación de la comunicación a través de conexiones virtuales. Diría que nada es casualidad. El Universo nos cerró las puertas y abrió de par en par las ventanas a otro Mundo. Quien se atrevía viajaba hacia un encuentro de amistad mundial.

Distintas voces al unísono Himno, en un abrazo sin color, sin credo, sin género, sin raza, sin religión. Como gotas de un mismo Mar, formamos la Unidad. Asimilamos otras verdades y sembramos las nuestras. El mundo gana otro color: el color del abrazo. El espíritu de los Pueblos se expresa a través del art. La democratización de la Cultura comienza a dar señales de sí misma y las instituciones obsoletas de grupos elitistas, con valores basados ​​en la corrupción, dan señales de erosión.

La creatividad hecha palabra curativa puede ser una luz que ilumine a la Humanidad, provocando cambios profundos en el marco de los valores éticos y morales.

Solo podemos cambiar el mundo cuando hacemos los cambios necesarios en nosotros mismos.

Por eso parafraseo a Sócrates: – «Conócete a ti mismo»

 

EN EL ETERNO RETORNO EL VERBO

 

A la sombra del silencio los sueños se desvanecen,

las quimeras se disuelven.

Moribunda, la ciudad no teje esperanza,

en el tejido de los días.

Olvidada, la fórmula para entrar al Cielo.

Hades juega al escondite en los callejones,

donde vagan los espectros.

En la dudosa esquina del Futuro,

Deméter en vano, implora Perséfone.

La muerte bromea, la vida se desvanece.

A la sombra del silencio,

ajeno al dolor de la ciudad,

Creador y Creación en unión simbiótica.

la evasión de la humanidad,

la encarnación de lo Divino en el poder de tocar el Cielo.

El Arte exudado se regocija en la redención.

En la punta de la pluma, Convertirse,

en el eterno retorno la Palabra.

*Traducción: Márcia Batista Ramos

Isilda Nunes es una escritora y poeta portuguesa premiada en todo el mundo. Sus poemas han sido traducidos a más de 20 idiomas y publicados en más de 40 países. Es coautora de numerosas antologías nacionales y extranjeras y libros solistas de poesía y prosa. Presidente de CIESART en Portugal; Vicepresidente de MEL; Embajador IFCH Marru