JAIME ERNESTO VALLEJO CABRERA
Gracias por haber venido.
Por haber desvestido la lluvia
y cobijado con música la aurora.
Sin tu canto el mundo no vibraría
como hoy,
sin tus guitarras y charangos
el color de la vida sería otro.
Sin tu presencia en el universo
la cotidianidad sería inaguantable.
Tú lo cambiaste todo: el sur hacia el norte,
el río hacia arriba,
el viento hacia adentro,
la muerte hacia la vida.
Gracias Jaime Ernesto:
ahora el silencio tiene tu voz
y te encontraremos siempre
al inciar el día y al emprender los sueños.
Dayra y David son el solsticio de toda tu existencia.
Feliz retorno a tu esencia.
(Arturo Prado Lima)